Recuerdo hace muchos años cuando una tarde fui a visitar a mi tía, y ella me preguntó si ya había encontrado pareja. En aquellos años yo transitaba todavía las relaciones tóxicas. Mi respuesta fue que no, que estaba sola porque la última relación que había tenido no había funcionado, igual que todas mis relaciones anteriores a esa.
Entonces ella me dijo “Cynthia, no tenés suerte en el amor, siempre te va mal, no entiendo por qué”
Aquellas palabras me pegaron muy duro, me llegaron a lo más profundo porque en realidad lo que mi tía me dijo era lo mismo que yo pensaba, y que me repetía de forma reiterada a mí misma cada noche antes de dormirme mientras se me caían las lágrimas.
Lo cierto es que la suerte no existe. Lo que sucede es que nos relacionamos con los demás desde un lugar de NO Merecimiento y desvalorización, entonces atraemos a nuestra vida esas relaciones que no queremos pero que sin embargo no sabemos como dejar de atraer.
Si una mujer ha tenido malas experiencias en su vida sentimental emparejándose con hombres infieles, no comprometidos que no la valoran, por más que haya terminado esa relación de pareja volverá a repetir la historia.
¿Por qué? Porque está repitiendo un patrón de comportamiento que está arraigado en su mente subconsciente y que proviene de su infancia. Pero como no es consciente de ese patrón que repite, la activación de dicho patrón ocurre en automático.
La permanencia en ese bucle tóxico parece eterna porque por más que lo intente no puede escapar de esa rueda de hámster.
El dolor no procesado se le transforma en sufrimiento y la condiciona a vivir una vida desde la tristeza, el odio o la resignación.
El primer paso para poder romper con esa “mala suerte” que en realidad sabemos que no es tal, sino que es un patrón de comportamiento tóxico que se repite, está en encontrar el origen.
Encontrando el origen del patrón, éste se puede romper y así cortar el ciclo de toxicidad. Pero sin llegar a ese origen eso no es posible.
Y eso fue lo que me pasó a mí. Yo vivía desconectada de mi merecimiento atrayendo a hombres mujeriegos, descalificadores, maltratadores e insolventes en lo económico. Y todo eso era porque repetía un patrón de comportamiento tóxico “tenía el programa de la salvadora instaurado” y creía y sentía que yo los podía salvar y hacerlos cambiar.
Sólo podemos cambiarnos a nosotras mismas, jamás podemos cambiar al otro. Cada persona es responsable de su vida. Y de eso se trata. De asumir la responsabilidad que hasta hoy tus relaciones de pareja no te han funcionado o que tal vez en este momento esa relación en la que estás no funciona.
Y no se trata de criticarte ni de juzgarte duro, no para nada. Se trata simplemente de reconocer en esos hombres a tus maestros que te vinieron a mostrar que tú no te estabas amando ni valorando.
Y hoy es el mejor momento para declarar basta a toda esa toxicidad y comenzar un nuevo camino, el camino de sanarte a ti misma. Sólo cuando tu relación contigo misma esté bien podrás relacionarte con los demás de forma saludable.
Y para eso necesitas comprometerte y trabajar en ti, no voy a decirte que será fácil, pero sí te digo que es posible, absolutamente posible. Si yo lo logré, tú puedes lograrlo. Si estás interesada en que te acompañe en el proceso de sanar tu relación de pareja tóxicas solicita Tu Sesión de Valoración Gratuita para que te cuente como te puedo ayudar con mis servicios profesionales.